Puntos de Interés

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IGLESIA PARROQUIAL DE SAN ESTEBAN PROTOMARTIR

La Iglesia Parroquial de San Esteban de Murillo de Río Leza es un edificio declarado Bien de Interés Cultural en 1979 con la categoría de Monumento.

Su construcción comenzó alrededor de 1537 por Juan López de Arizpe y Martín de Larrarte. Hacia 1607 se termina la iglesia y cuerpo bajo de la torre. La torre, traza de Santiago Raón en 1.683, realizándola él y Bernardo de Munilla hasta 1.693.

Iglesia construida en sillería, de una nave de tres tramos con capillas bajas entre estribos, crucero alineado, con parejas de hornacinas en los brazos, y cabecera ochavada de tres paños. La nave se cubre con bóvedas vaídas sobre fajones, apeando en columnas corintias adosadas a los estribos. Las capillas, brazos del crucero y hornacinas con cañones.

En el crucero hay cúpula sobre pechinas descansando en pilares cruciformes con corintias adosadas. La capilla mayor se cubre con bóveda de tres paños y cañón abocinado en su tramo previo, que hace de arco triunfal y en el que se abren dos hornacinas. Los intradoses de arcos y capillas laterales con decoración geométrica. La sacristía se sitúa al lado sur del crucero y consta de dos pisos, el inferior dedicado a capilla del Santo Cristo, con cuatro tramos cubiertos con bóvedas de lunetos sobre arcos rebajados y pilastras toscanas. Coro alto a los pies sobre bóveda vaída. Torre a los pies, al sur, en sillería de tres cuerpos, el superior octogonal. Portada al sur, en el penúltimo tramo, en gran fachada-hornacina bajo frontón triangular, que consta de tres cuerpos y tres calles.

La Torre de diseño de tipo paladiano, con los vanos surmontados de frontones curvos y triangulares, que responden fundamentalmente a una intención decorativa. El conjunto de pilastras resaltadas, balaustres, molduras y vasos de flores es propiamente barroco, propio del último tercio del siglo XVII.
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IGLESIA PARROQUIAL DE SAN ESTEBAN PROTOMARTIL

IGLESIA PARROQUIAL
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La Iglesia Parroquial de San Esteban de Murillo de Río Leza es un edificio declarado Bien de Interés Cultural en 1979 con la categoría de Monumento.

Su construcción comenzó alrededor de 1537 por Juan López de Arizpe y Martín de Larrarte. Hacia 1607 se termina la iglesia y cuerpo bajo de la torre. La torre, traza de Santiago Raón en 1.683, realizándola él y Bernardo de Munilla hasta 1.693.

Iglesia construida en sillería, de una nave de tres tramos con capillas bajas entre estribos, crucero alineado, con parejas de hornacinas en los brazos, y cabecera ochavada de tres paños. La nave se cubre con bóvedas vaídas sobre fajones, apeando en columnas corintias adosadas a los estribos. Las capillas, brazos del crucero y hornacinas con cañones.

En el crucero hay cúpula sobre pechinas descansando en pilares cruciformes con corintias adosadas. La capilla mayor se cubre con bóveda de tres paños y cañón abocinado en su tramo previo, que hace de arco triunfal y en el que se abren dos hornacinas. Los intradoses de arcos y capillas laterales con decoración geométrica. La sacristía se sitúa al lado sur del crucero y consta de dos pisos, el inferior dedicado a capilla del Santo Cristo, con cuatro tramos cubiertos con bóvedas de lunetos sobre arcos rebajados y pilastras toscanas. Coro alto a los pies sobre bóveda vaída. Torre a los pies, al sur, en sillería de tres cuerpos, el superior octogonal. Portada al sur, en el penúltimo tramo, en gran fachada-hornacina bajo frontón triangular, que consta de tres cuerpos y tres calles.

La Torre de diseño de tipo paladiano, con los vanos surmontados de frontones curvos y triangulares, que responden fundamentalmente a una intención decorativa. El conjunto de pilastras resaltadas, balaustres, molduras y vasos de flores es propiamente barroco, propio del último tercio del siglo XVII.

ERMITA DE SAN VICENTE

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Según Pascual Madoz, la ermita de San Vicente se constituyó como Iglesia de Patronato de Sangre. Su construcción se habría iniciado ya en el siglo XIII en un románico tardío. En su historia hubo muchas recomendaciones de la Diócesis para que el edificio se conservara en buen estado. Hacia 1825 su aspecto debía de ser bastante deplorable, de ahí que se ordenara su reparación, bajo pena de excomunión; advertencia que se repetiría dos años después.

En 1831 se realizó una intervención, llevada a cabo por el yesero Pedro de Gorosábel a quien se le encargó rehacer todas las cubiertas por 70 ducados, a condición de concluir los trabajos en el plazo de tres meses. Sin embargo, en 1797 el templo volvía a encontrarse en malas condiciones, y ya en la Visita de 1824, se afirma que estaba arruinado en gran parte, por lo que se trasladarían sus bienes a un lugar mas seguro en el pueblo.

El análisis de su planta y los restos permiten adivinar que era de fábrica de sillería, con obra de relleno de piedra menuda y fuerte argamasa. Quedan restos del muro sur con parte de la portada, formada por dos arquivoltas apuntadas, y adornadas con baquetones, entre las que se intercala una faja ornamental a base de tallos vegetales estilizados, que serpentean y se entrelazan.

En los años 40, buena parte de los escasos restos que quedaban se emplearon en la construcción del Frontón de la Plaza de España de la localidad.

ERMITA DE SANTA ANA

La Ermita de Santa Ana fue construida en el siglo XVI, como un crucero con picota abierto y diáfano con tres amos, uno en cada fachada.

Posteriormente, en torno al siglo XVIII, estas entradas se cerraron con unos añadidos constructivos tales como piedra de río, ladrillo aplantillado, etc.

Esta construcción está resuelta fundamentalmente con fabrica de sillería y postizos de ladrillo y piedra de río, mediante planta cuadrangular en una sola nave y cabecera rectangular, mostrando pilastras y arcos de medio punto, decorado interiormente todo ello con yeserías.

Esta singular decoración en las bóvedas se debe al hecho ya citado de que si bien los muros fueron levantados en el siglo XVI, es un hecho que a fines del XVII se rehizo toda la parte alta con la tipología de decoración de yeserías propia del tiempo.

La portada de la Ermita se resuelve con arco de medio punto en piedra labrada y se sitúa al este. Sus muros, en su arranque, parecen en efecto del siglo XVI, con estribos o contrafuertes prismáticos en cada una de sus cuatro esquinas.

En cuanto a imaginería, un retablito con pilastras de fines del siglo XVII, figuras de San Juan Evangelista, San Antonio de Padua y San Esteban.
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ERMITA DE SANTA ANA

ERMITA DE SANTA ANA
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La Ermita de Santa Ana fue construida en el siglo XVI, como un crucero con picota abierto y diáfano con tres amos, uno en cada fachada.

Posteriormente, en torno al siglo XVIII, estas entradas se cerraron con unos añadidos constructivos tales como piedra de río, ladrillo aplantillado, etc.

Esta construcción está resuelta fundamentalmente con fabrica de sillería y postizos de ladrillo y piedra de río, mediante planta cuadrangular en una sola nave y cabecera rectangular, mostrando pilastras y arcos de medio punto, decorado interiormente todo ello con yeserías.

Esta singular decoración en las bóvedas se debe al hecho ya citado de que si bien los muros fueron levantados en el siglo XVI, es un hecho que a fines del XVII se rehizo toda la parte alta con la tipología de decoración de yeserías propia del tiempo.

La portada de la Ermita se resuelve con arco de medio punto en piedra labrada y se sitúa al este. Sus muros, en su arranque, parecen en efecto del siglo XVI, con estribos o contrafuertes prismáticos en cada una de sus cuatro esquinas.

En cuanto a imaginería, un retablito con pilastras de fines del siglo XVII, figuras de San Juan Evangelista, San Antonio de Padua y San Esteban.

ERMITA DE LA VIRGEN DEL CORTIJO

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Encaramada en lo alto de un cerro desde el que se divisa una amplia superficie, la Ermita de la Virgen del Cortijo es el único testimonio que aún se mantiene vivo como recuerdo de la existencia de un antiguo poblamiento emplazado en ese mismo lugar. El edificio actual, sin embargo, es relativamente moderno, pues se trata de una construcción que fue rehecha por entero en el siglo XVI y que sufrió diferentes e importantes reformas con posterioridad.

La portada de esta ermita es de medio punto y se abre al sur, en el penúltimo tramo; a los pies hay coro alto sobre madera con pilas toscanas como apoyo, y la casa del santero se adosa también por el lado sur a la cabecera configurando ambos volúmenes un conjunto unitario de particular encanto.

De este recinto destaca un púlpito renacentista de piedra que se sitúa al lado del Evangelio, casi frente a la puerta de ingreso, y que se puede datar de 1.540, constituyendo una de las piezas más originales y elegantes de toda La Rioja.

El retablo mayor, formado por un solo cuerpo de tres calles con columnas salomónicas de hojarasca y ático semicircular con estípites, se acomoda perfectamente a la configuración de la cabecera y actúa a la manera de pantalla que sirve para separar el camarín-sacristía del resto de la nave cuyo autor fue el arquitecto alfareño Juan Zapater Martínez, vinculado a los focos artísticos de Tudela y Peralta. La policromía del retablo es obra de Matías de üllora en 1.745.

C. Mayor, 70, 26143 Murillo de Río Leza, La Rioja

  • Dirección: C. Mayor, 70, 26143 Murillo de Río Leza, La Rioja
  • Teléfono: 941 43 20 10
  • Correo Electrónico: administracion@murilloderioleza.org
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